En una depresión entre dos sierras en La Carolina, a poco más de 80 kilómetros de la ciudad de San Luis, el Museo de la Poesía Manuscrita Juan Crisóstomo Lafinur, atesora los manuscritos de Juan Crisóstomo Lafinur, alguno de Jorge Luis Borges y centenares de poetas de distintos puntos del país y el mundo.
El museo, ubicado a unos metros del lugar donde nació el poeta puntano, expone manuscritos de poetas argentinos e hispanoamericanos. Entre los más de 150 manuscritos hay algunos del propio Lafinur (1797-1824) y de Jorge Luis Borges, este museo es un lugar de exposición para poetas vivos que escriben en lengua hispana.
Quienes visiten el museo encontrarán libros y manuscritos de todo el país pero también de Cuba, España, Estados Unidos y Perú. Llegan unos 5 o 6 manuscritos diarios. Hay poetas importantes como Antonio Requeni, Fernando Sánchez Zinni o Rodolfo Braceli, entre muchos más.
El Museo cuenta con una sección de poemas ilustrados que se ha abierto con dos trabajos de lujo: las ilustraciones de poemas de Lafinur que hicieron los pintores Guillermo Roux y Carlos Alonso.
Junto al museo, en un patio ajedrezado igual al que Jorge Luis Borges -su sobrino nieto- imaginó en el poema que lleva su nombre, descansan los restos de Lafinur, que fueron repatriados después de casi dos siglos de exilio en Chile, donde murió. Ahora sus restos descansan frente al museo.
El museo, ubicado a unos metros del lugar donde nació el poeta puntano, expone manuscritos de poetas argentinos e hispanoamericanos. Entre los más de 150 manuscritos hay algunos del propio Lafinur (1797-1824) y de Jorge Luis Borges, este museo es un lugar de exposición para poetas vivos que escriben en lengua hispana.
Quienes visiten el museo encontrarán libros y manuscritos de todo el país pero también de Cuba, España, Estados Unidos y Perú. Llegan unos 5 o 6 manuscritos diarios. Hay poetas importantes como Antonio Requeni, Fernando Sánchez Zinni o Rodolfo Braceli, entre muchos más.
El Museo cuenta con una sección de poemas ilustrados que se ha abierto con dos trabajos de lujo: las ilustraciones de poemas de Lafinur que hicieron los pintores Guillermo Roux y Carlos Alonso.
Junto al museo, en un patio ajedrezado igual al que Jorge Luis Borges -su sobrino nieto- imaginó en el poema que lleva su nombre, descansan los restos de Lafinur, que fueron repatriados después de casi dos siglos de exilio en Chile, donde murió. Ahora sus restos descansan frente al museo.
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